
Desde que Van Gaal le hizo debutar el 2 de octubre de 1999 tras impedir su casi cantada marcha al Málaga, Puyol entendió que jugar en el Barça era un privilegio y encarnó los valores de mitos como 'Tarzán' Migueli, capaz de dejarse la piel y jugar lesionado por un objetivo. En aquella sequía récord de cinco años sin títulos, el 'Tarzán de la Pobla' era de los pocos que mantuvo un compromiso intachable. Mientras algunos hacían la guerra por su cuenta, se rompió dos veces la cara por comerse el balón y en ambas recurrió a una máscara para acortar los plazos de recuperación.
Ni los éxitos de la 'era Rijkaard' minaron los impagables intangibles del primer capitán desde julio de 2004. El verano de 2008, tras dos campañas en blanco, abrió los brazos a Piqué. De suplente en Manchester pasó a indiscutible en el Barça del triplete formando con 'Puyi' un eje infranqueable. Carles encontró en Gerard su mejor heredero y se enorgullece de ver cómo, antes del inevitable relevo, hay otro que sangra por el Barça como él. Juntos han ganado el Mundial y juntos quieren seguir haciendo historia de azulgrana. Lo harán.
Fuente: El mundo deportivo